Historia de la Forja Manual y Artesanal: ¿Cómo se trataba el metal en el 3.000 a.C.?

La forja es uno de los oficios más antiguos del mundo. Son muchos los vestigios de joyas o herramientas realizados con esta técnica y hallados en excavaciones arqueológicas. Estos elementos forman parte de nuestro patrimonio artístico y cultural, y aportan una información fundamental para conocer las creencias y costumbres de nuestros antepasados.

Pero, ¿cómo se trabajaba entonces el metal? ¿Qué queda de aquellos procesos en nuestra sociedad actual? A continuación, trataremos de responder estas preguntas.

El origen de la forja: Fuego y martillo como principales herramientas de la forja manual 

La forja es un proceso de modelado mediante deformación plástica, es decir, el material, generalmente hierro o acero, se altera más allá de su límite de elasticidad, pero sin llegar a romperse. Para ello se comprime mediante la aplicación de distintas fuerzas. El resultado es un material con una gran resistencia y tenacidad.

Actualmente existen muchas técnicas de forjado, pero en su origen se utilizaba lo que hoy conocemos como forja manual. En este proceso se utilizan dos elementos principales para dar forma al material: el fuego y el martillo. 

En la forja manual, el material se calienta a alta temperatura y se golpea con el martillo hasta alcanzar la forma que estamos buscando. Se trata de un proceso que requiere mucha fuerza y resistencia física, pero también habilidad.

Tradicionalmente la forja manual se desarrolla en las fraguas, unas estructuras de ladrillo o piedra cubiertas de rejillas, en la cual se aviva el fuego pasando una corriente de aire horizontal por medio de un fuelle manual o mecánico. En un taller de este tipo también solemos encontrar un yunque, que sirve de superficie para golpear el hierro al rojo vivo.

 

La forja de hierro, una de las primeras técnicas de forjado

En la Edad de hierro, que en la península ibérica se sitúa entre los años 1.000 a. C. y 218 a. C (coincidiendo con la conquista romana), la forja se convirtió en un elemento clave para la mejora de la calidad de vida de los habitantes de nuestro planeta. Esta época se caracteriza por la popularización del hierro en detrimento del bronce, que había sido el material más utilizado en la época anterior. Aunque su resistencia es menor, el hierro era y sigue siendo, uno de los metales más abundantes en nuestro planeta. Gracias a su forjado, se pudieron crear utensilios y herramientas de agricultura, que permitieron al hombre cultivar mejor sus tierras, así como joyas, que fomentaron el intercambio y el comercio con otras civilizaciones,

La forja se continuó utilizando durante el imperio romano, pero fue tras su caída y con la llegada de la Edad Media cuando se extendió su uso. Entonces se crearon múltiples negocios donde se fabricaban desde herraduras o clavos hasta joyas o armas. Las fraguas se multiplicaron y nació el Gremio de los herreros.

La forja manual hoy en día 

A lo largo de los años la industria metalúrgica ha ido evolucionando a todos los niveles, con la incorporación de nuevos procesos y herramientas tecnológicas, que han ayudado a suavizar el esfuerzo físico de los trabajadores. Sin embargo, los procesos artesanales de forjado manual siguen teniendo una gran cantidad de seguidores hoy en día. Prueba de ello es el éxito alcanzado por un conocido programa de televisión donde varios herreros compiten en la fabricación de armas históricas que son puestas a prueba por un panel de jueces.

Más allá de la anécdota televisiva, la forja manual se sigue utilizando para diseños decorativos complejos y elaborados, en la elaboración de puertas, rejas, lámparas y otras piezas de mobiliario, sin olvidar su uso artístico en campos como la escultura o la joyería. Esto se debe a que los productos resultantes del forjado natural cuentan con la impronta y el estilo personal del herrero que lo ha diseñado, algo difícil de conseguir en los procesos industrializados.

La forja industrial – ULMA

Basándose en los principios de la forja manual, la forja experimentó un gran salto tanto cualitativo como cuantitativo en la era industrial con el desarrollo de distintos tipos prensas. Actualmente ULMA cuenta con diferentes tecnologías (prensas hidráulicas, prensas mecánicas, martillos, laminador) y procesos (matriz cerrada o matriz abierta) que son la clave para poder fabricar una muy amplia gama de producto en cuanto a dimensiones, materiales y geometrías, de la manera más eficiente.

Contamos con los mejores recursos tanto humanos como de producción y en ULMA tenemos la solución ad-hoc para aquello que el cliente necesita.