El papel de la forja en la historia de la arquitectura

El hierro es un mineral presente en la corteza terrestre y de cuyo uso se tiene información desde el 1700 a. C, especialmente en Egipto para la creación de armas, ruedas, flechas y otros objetos como anillos y joyas.

Pese a que siempre se ha utilizado, no es hasta el siglo XVII que se comienza a emplear como material importante en la arquitectura de las ciudades. Hasta entonces, se utilizaba como material contemporáneo sobre todo de la madera o sustituyendo estructuras como pilares o arcos.

Arquitectura con hierro , en busca de materiales incombustibles

Poco a poco se va haciendo más presente en elementos decorativos y ornamentales, como cierres, rejas o protecciones de otro tipo, aunque el acontecimiento más importante desarrollado con este material es el sistema de cañerías de hierro fundido que, aún a día de hoy, surte a las fuentes de los Jardines de Versalles (construido a finales del siglo XVII).

Con la Revolución Industrial y durante la primera mitad del siglo XIX, los pequeños talleres que se dedicaban a la forja y a la herrería fueron desapareciendo para convertirse en pequeñas fábricas, dando lugar asimismo a importantes fundiciones.

Es a partir de este momento cuando la forja comienza a ser incorporada en diversos elementos arquitectónicos como un elemento más del mobiliario urbano: rejas, farolas, bancos, quioscos… y también como un elemento decorativo importante. Esto se debe también a la constante búsqueda de materiales incombustibles, que no se incendien con la misma facilidad con que arde la madera.

La arquitectura de hierro a comienzos del siglo XIX

Durante el siglo XIX, el hierro fue ganando el terreno a la madera, y fue sustituyéndolo en distintos objetos arquitectónicos: los ventanales y miradores característicos de la arquitectura del siglo pasado y que aún se pueden encontrar hoy en las principales avenidas de las grandes ciudades fueron los indudables protagonistas.

Pero la forja también se empleaba en otros elementos como en puertas, anteriormente realizadas en madera, barandillas o columnas de fundición (unos pilares de hierro fundido que sostenían parte del peso de la vivienda), marquesinas, etcétera.

Los avances de este siglo permiten experimentar la potencialidad del hierro como material de construcción: edificios como la Biblioteca Santa Genoveva tienen elementos de carga como columnas y bóvedas de hierro.

En 1889 se construye la obra culmen de la arquitectura forjada del siglo, y posiblemente de la historia: la parisina Torre Eiffel. Este edificio luce con gusto las posibilidades tanto estéticas como estructurales del hierro.

Elementos de forja en la arquitectura del siglo XX

Tras el gran éxito que habían conseguido en el siglo anterior, los arquitectos del siglo XX continuaron construyendo ventanales, miradores y balcones donde los protagonistas eran el hierro y el cristal, que también se encontraban en combinación con otros materiales como la cerámica y la cerrajería.

Durante los primeros años, la forja continúa teniendo presencia en la arquitectura modernista y art decó, siendo capaz de adaptarse al estilo español, sin dejar a un lado las influencias europeas más vanguardistas. Pero su uso decae a mediados de siglo pasado y comienzan a emplearse materiales como el aluminio o el vidrio.

¿Qué hay de la forja en la arquitectura contemporánea ?

Si paseamos por cualquier ciudad podemos observar un cambio en la tendencia arquitectónica: algunas calles pasan de envidiables balcones y terrazas a ventanales que suplen la misión contemplativa que estos tenían. Y es que, según parece, existe una ley según la cual la superficie de un balcón o de una terraza no es suelo construido.

En la actualidad, en la forja se emplean diversos materiales para producir productos forjados como acero, aleaciones de níquel o titanio.

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