Algunas curiosidades del acero que te sorprenderán

Nuestra vida cotidiana está rodeada de acero. Hay acero en nuestros coches, en las carreteras, en las vías de tren, en los edificios… Es un material fundamental en la actividad humana, porque ningún otro tiene su resistencia, plasticidad y versatilidad. Sus increíbles cualidades dan lugar a curiosidades tanto o más sorprendentes que su propia maleabilidad. ¿Sabías que un kilogramo de acero cuesta aproximadamente lo mismo que una barra de pan? ¿Que cada minuto se reciclan en el mundo 700 toneladas de acero? ¿Y que s del 90% del agua utilizada para la fabricación de una tonelada de acero también es reciclable? Éstas son sólo algunas de las tantas curiosidades de esta increíble aleación. 

La Torre Eiffel

Todos conocemos la Torre Eiffel; la construcción más emblemática de la arquitectura del Hierro del siglo XIX. Pero quizás no conozcas la multitud de peculiaridades que la rodean. Su autor, Gustave Eiffel, era un ingeniero experto en la construcción de puentes y estaciones de ferrocarril y la proyectó con motivo de la Exposición Universal de París de 1.888, como la mayoría de los edificios significativos de este movimiento arquitectónico surgido con la Revolución Industrial. 

La torre se construyó completamente en hierro pudelado, un material que se iba aproximando a la composición del acero, ya que podía laminarse en caliente. Si se construyese hoy en día utilizando los recursos en acero nuevos, sería entre tres y cuatro veces más ligera. Tiene 321 metros de altura, por lo que se convirtió en la construcción más elevada del mundo hasta que, en 1931, fue superada por el Empire State en Nueva York. Aún así, sigue siendo la estructura más alta de París, y la quinta más alta de Francia.

Su peso es de 7.300 toneladas; pero actualmente supera las 10.000 toneladas debido al museo, tiendas y restaurantes que ahora alberga. Además, en verano crece por la expansión térmica del metal: llega a alcanzar unos 18 centímetros más y a inclinarse siete centímetros por el viento. 

Cada cinco años es pintada con 60 toneladas de pintura para evitar la corrosión de material. Por eso ha tenido varios colores, como amarillo, rojo (su color original), gris y marrón grisáceo. Desde 1968 se elige el color ‘marrón Torre Eiffel’ por su armonía con el paisaje parisino. Se degrada en tres tonos, del más oscuro abajo al más claro arriba, para jugar visualmente con el punto de fuga.

El acero en el mundo del automóvil

El sector automovilístico también nos ofrece datos curiosos -y beneficiosos- respecto al acero, pues es el material con el que predominantemente se fabrican. Gracias a los progresos sobre las chapas revestidas de acero, las carrocerías de los automóviles tienen una garantía de 12 años contra la corrosión. Los datos pueden llegar a ser abrumadores: sólo el reciclaje de coches en Estados Unidos genera suficiente acero como para construir 13 millones de automóviles nuevos. Mientras, la mayoría de fabricantes actuales siguen utilizando acero sobre el aluminio o cualquier otro material para construir los vehículos del futuro: el coche eléctrico. 

El acero en nuestra vida cotidiana

Multitud de curiosidades en torno al acero rodean nuestra vida diaria: el acero es un material al alza en tendencias de bisutería, nuestros bolsos y mochilas pueden estar hechos en parte con hilos de acero; mientras que las latas de nuestra bebida favorita no dejan de menguar: en 1975 tenían 0,33 mm. de grosor. En el año 2000, 0,23 mm. Todas nuestras latas de conserva y envases alimenticios están hechos de acero, porque es inoloro y no se corroe.

Aproximadamente el 60% de los productos fabricados en acero se recicla al final de su vida útil. Así que puede que la lata que ahora mismo te estás bebiendo formase parte hace un tiempo de la carrocería de tu coche, del radiador de tu habitación, de los cubiertos de tu cocina o del teléfono móvil desde el que quizás estés leyéndonos ahora mismo.