Origen y descubrimiento de los metales
Los metales han sido determinantes para el desarrollo de la humanidad desde los albores de las primeras civilizaciones desarrolladas, hasta tal punto que siguen presentes en nuestro día a día en elementos tan cotidianos como las monedas. Pero ¿sabes en qué momento se descubrieron los metales y qué inventos fabricados a partir de ellos marcaron para siempre la historia?
Antes de nada, ¿qué entendemos por metal?
Un metal es un elemento químico sólido, opaco, brillante y conductor de electricidad y calor. Se caracteriza por ser maleable y dúctil, algunos más que otros, pudiendo ser moldeados y estirados en diferentes formas sin romperse ni dañarse ante la exposición a altas temperaturas. Se encuentran en la naturaleza en estado puro, como el oro, la plata, el cobre y el hierro, o en forma de aleaciones, que son combinaciones de diferentes metales, o de estos con otro elemento no metal, como podría ser el carbono.
Este material se extrae de las rocas en su estado sólido, menos el mercurio, que a temperatura ambiente se encuentra en forma líquida. Actualmente, son ampliamente utilizados en la fabricación de una gran variedad de objetos y estructuras: desde herramientas y maquinarias hasta edificios y puentes, debido a sus propiedades físicas y químicas únicas que les confieren una gran resistencia y durabilidad. Por todo ello, fueron clave en el desarrollo de la civilización humana, como iremos viendo más adelante.
La Edad de los Metales
La Edad de los Metales es el último período de la Prehistoria, tanto asiática como europea, y comprende desde los años 6000 y 1000 a.C., de manera aproximada. Recibe este nombre gracias a que fue el tiempo en el que comenzaron a descubrirse y a trabajarse los metales, naciendo las primeras tecnologías de metalurgia. A su vez, se divide en tres etapas diferentes: la Edad del Cobre, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro.
Edad del cobre
Marca el inicio de la Edad de los Metales con el primer descubrimiento por parte de los seres humanos del metal: el cobre. Las primeras manipulaciones y trabajos de dicho material fueron mediante martillo y batido frío, puesto que aún no se habían desarrollado los procesos de fundición y forjado. Con el paso del tiempo, comienzan a aparecer técnicas de metalurgia y algunas aleaciones, hasta que se produce el descubrimiento del bronce. Este hito es el que marca el fin del período y el comienzo del siguiente: la Edad del Bronce.
Edad del Bronce
Gracias a que se produce el descubrimiento de la aleación del cobre, nace uno de los metales que más relevancia tienen a lo largo de toda la historia y uno de los más utilizados hasta hoy en día: el bronce. Comenzó a usarse para forjar herramientas, vajilla, armas, ornamentos y utensilios de todo tipo. El surgimiento de este período se suele establecer alrededor del 3000 a.C., y su fin sobre el 1500 a.C.
Edad del Hierro
Último de los períodos que conforman la Edad de los Metales. Como ocurre con cualquier etapa histórica, especialmente con las prehistóricas, no se sabe al 100% en qué momento comenzó ni terminó. Además, unas civilizaciones empezaron a emplear el hierro antes que otras, favorecida la transición por la abundancia de este metal en los entornos naturales. Lo que sí se puede afirmar es que el hierro reemplazó en gran medida al cobre gracias a sus múltiples ventajas, como por ejemplo su resistencia. Esto no fue un hecho aislado, sino que trajo consigo enormes cambios a nivel económico, cultural y tecnológico que fueron claves para la humanidad a partir del año 1200 a.C., aproximadamente. De igual modo, también evolucionaron las técnicas agrícolas y artesanales, así como la escritura.
Los inventos más importantes en la Edad de los Metales
Como ya comentamos, durante la Edad de los Metales surgieron inventos y avances que fueron esenciales para el desarrollo de la civilización humana. De esta forma, no solo se empezó a desarrollar la metalurgia, sino que otros sectores evolucionaron progresivamente, como la minería, la ganadería o la agricultura, en gran medida gracias a inventos que favorecieron su mejoría. Algunos de los más importantes fueron:
- Diferentes técnicas de fundición: así como de moldeo de los metales.
- El arado: utensilios de metal que hacen posible la perforación de la tierra y su rotado para estimular su fertilidad. Esto hizo posible que el alimento cultivado aumentara considerablemente.
- Herramientas: como, por ejemplo, destinadas al trabajo de la tierra.
- Armas y armaduras: provocando que muchos pueblos hasta ese instante sometidos tuvieran el poder de revelarse, cambiando para siempre el curso de la historia.
- Fortificaciones y castillos: empezaron a aparecer las fortificaciones más desarrolladas, dando lugar a los primeros castillos y fortalezas medievales.
La forja sigue siendo un proceso vital en la actualidad, ya que es esencial en la fabricación de numerosas piezas indispensables en la industria y en la construcción. No solo permite la creación de herramientas y maquinarias eficientes, capaces de soportar grandes cargas y desgastes, sino que garantiza su durabilidad y resistencia. Además, también es fundamental en la creación de elementos decorativos de gran belleza y elegancia, como barandillas, lámparas y otros objetos ornamentales que refuerzan el valor de los espacios interiores y exteriores donde se colocan.
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