La bajada del precio del petróleo
El petróleo se descubrió en Pensilvania en 1864 y, desde entonces, se rige por la oferta y la demanda. Es considerado, desde sus inicios hasta la actualidad, uno de los indicadores de la actividad económica y sus movimientos.
Una muestra de su influencia es la situación actual de la economía. En marzo, Arabia Saudí y Rusia iniciaron una guerra de precios en el mercado del petróleo, todo ello sumado al impacto económico provocado por la pandemia de la COVID-19, generó un descenso histórico en el precio del crudo —el barril de Brent sufrió una bajada de hasta el -24,1%, su mayor caída desde 1991. Pero, ¿qué hay detrás de estas cifras? ¿Cuál es la influencia o poder del petróleo sobre la economía?
El petróleo y su influencia en la economía
Este recurso natural conocido como «oro negro» es uno de los principales generadores de energía, y el mundo y la economía se mueven fundamentalmente con dicha energía. El petróleo genera aproximadamente —según las condiciones de la economía— cerca del 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, y aporta casi un tercio de la energía total que se utiliza en el planeta.
La disponibilidad de este recurso y la variación en el precio pueden afectar al funcionamiento de muchos países, no solo a los productores. Hay que tener muy presente que el transporte mundial (coches, camiones, aviones, autobuses, etc.) funcionan con petróleo. Pero sus usos van más allá:
- Energía. Es un combustible fósil que genera energía, utilizada para el transporte, la industria o la agricultura. Además es un generador de energía eléctrica de uso industrial y también doméstico.
- Petroquímicos. De este recurso se fabrican productos como insecticidas, pinturas, textiles, plásticos o envases, entre otros. Junto con el gas, es el principal productor de los plásticos que utilizamos cada día.
- Productos especiales de uso industrial. Lubricantes y aceites para vehículos, asfalto y también parafina.
Así afecta la bajada del precio del petróleo a la actividad económica
A nivel mundial existe la llamada Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), formada por 14 países que representan el 30% de la producción mundial con Arabia Saudí a la cabeza como principal productor; en segundo lugar se encuentra Estados Unidos, dejando el tercer puesto para Rusia. Estos países tienen el poder de establecer el precio y los niveles de producción del petróleo en función de sus intereses. Si la demanda es alta, suben los precios y, si, por el contrario, baja, descienden la producción de barriles para no perder dinero.
EEUU líder en la economía petrolera
Las principales petroleras del mundo se encuentran en Estados Unidos: Exxon Mobil y Chevron son las más conocidas. En el segundo trimestre de este año sumaron pérdidas de 9.300 millones de dólares debido al impacto de la COVID-19 sobre la demanda de materias primas. Las caídas de venta ascenderían a más del 50%. Por otro lado, el barril de Texas se ha recuperado ligeramente, pero dista mucho del precio que obtenía a principios de año (un 34% menos).
En abril de este año, y por primera vez en la historia desde la guerra del golfo en 1991, el petróleo estadounidense se desplomó y cotizó por debajo de cero: (-)37,63$USD por barril de petróleo estadounidense West Texas Intermediate (WTI). Esta drástica bajada que causó un gran revuelo mundial se originó por la reducción de la demanda energética como consecuencia del confinamiento y el estado de alarma que sufrió la población mundial.
En el caso de los países importadores, la bajada de precios supone una buena noticia y un impulso positivo para la economía, como ocurre en España. Cuando el petróleo está más barato hace aumentar la renta disponible real de las familias, de manera que apoya al consumo agregado. De igual forma, la disminución de los costes de producción también favorece la inversión.
El precio Brent en Europa
A nivel europeo, los precios del barril de Brent –referencia para Europa-, registraron el 21 de julio un notable aumento, alcanzando los 44,32 dólares por barril, el más alto desde principios de marzo pese a experimentar fluctuaciones en días posteriores.
Este año quedará grabado en la retina de todos, y también en los datos económicos que los expertos aún no llegan a divisar con claridad. Además, el estado de alarma y su consecuente freno de la actividad industrial y el descenso de la movilidad amenazaron la recuperación que se estaba propiciando. La inestabilidad social, económica y también política tendrá unas consecuencias para la economía y para el crudo que aún son desconocidas.